MARÍA FRESNO | Santa Cruz de Tenerife
Heredar ya no es un chollo. De hecho se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para muchos ciudadanos. La crisis económica y la elevada carga fiscal que soportan las herencias son razones suficientes para que los herederos renuncien al legado en favor del Estado. Y es que cuando un ciudadano hereda, asume tanto el activo como el pasivo, es decir, el valor de los bienes y derechos, como las deudas que haya podido contraer el fallecido. En este caso, son los herederos los que tienen que responder con su propio patrimonio, presente o futuro, y, tal y como está la actual situación económica, muchos no quieren correr con esta nueva carga.
Los datos del Consejo General del Notariado hablan por sí solos. Los procesos de renuncias a las herencias se han disparado desde el inicio de la crisis. El número de casos en los que este patrimonio se ha quedado en manos del Estado se ha incrementado, a nivel nacional, en un 110% desde el año 2007, pasando de 11.047 actos a 23.228 en 2012. Una tendencia que se ha visto acentuada especialmente en el último año, con un crecimiento del 23%.
En el caso concreto de Canarias, el número de renuncias ha crecido por el encima de la media estatal, pasando de 338 en 2007 a 714 en 2012, siendo este incremento del 111%. El decano del Colegio Notarial de Canarias, Alfonso Cavallé, lo tiene claro. “Son muchos los préstamos hipotecarios sobre viviendas en los que el importe de la deuda es superior al valor actual del inmueble. Este problema se agrava con la falta de liquidez que hay en las familias, por lo que muchos herederos se ven con auténticas dificultades a la hora de afrontar no solo el pago de la deuda sino el impuesto de sucesiones, sobre todo si son herencias de parientes lejanos o extraños”, sujetos a menor bonificación. Si el difunto ha avalado la compra de una casa o de una empresa, estas cargas también recaen sobre el heredero.