Un profesional de la banca, que desde hace una década trabaja en el sur de Gran Canaria: "Trabajo a pie de calle y la gente no puede más. Los hoteles y apartamentos tienen una ocupación altísima, pero no se contrata a nadie. Los que están, trabajan el doble y, si se quejan, saben que el despido está hecho".
De poco sirve que den algunos alimentos a comedores, o que recojan limosnas...