martes, 9 de marzo de 2021

Ley para evitar el despilfarro de alimentos

Pioneros en contra del despilfarro de alimentos.


Francia e Italia han sido los dos primeros países en implementar este tipo de leyes en Europa, ambos países incluyeron esta ley en 2016.

Las leyes propuestas por ambos países explican que es lo que hay que hacer con los alimentos que sobran, así como entregarlo a entidades que puedan darle un buen uso a estos alimentos, ya sea para ayudar a las personas desfavorecidas, o en el peor de los casos para consumo animal en las granjas.

Aunque a esta iniciativa se le ha añadido Cataluña, la cual toma nuevas medidas muy interesantes. A continuación, mencionaremos los puntos que nos han parecido más útiles contra el despilfarro.

Medidas en comunes para todas las empresas

La obligación de informar anualmente sobre la cuantificación de las pérdidas y el despilfarro alimentario. Por otro lado, se establece una jerarquía de prioridades en cuanto al destino de los alimentos: alimentación humana, alimentación animal, valorización para usos industriales, valorización para distintos usos o bien la eliminación.

Medidas especiales a los supermercados

Cabe resaltar, la obligación de que los supermercados incentiven el Consumo de productos con fecha de caducidad o fecha de consumo preferente próxima, por ejemplo, aplicando descuentos en tales productos

Medidas especiales a la hostelería

Los establecimientos de restauración y hostelería informen por escrito a los consumidores de que pueden llevarse los alimentos que no consuman en el envase que ellos mismos traigan o en un envase facilitado por la empresa de restauración u hostelería, envase que deberá ser apto para el uso alimentario y además será reutilizable, compostable o fácilmente reciclable.

Reflexión

En resumen, creemos que el establecimiento de esta ley en Canarias es de vital importancia ya que ayudaría a desarrollar un modelo mucho más sostenible en el ámbito del consumo de alimentos en el que aprenderíamos a optimizarlos de una mejor manera, provocando que hubiera una mayor disponibilidad de estos de la cual los ciudadanos con un peor acceso a recursos básicos se podrían ver beneficiados. Suponiendo, por tanto, una gran reforma a este sistema consumista con la que se reducirían las desigualdades y avanzaríamos hacia un modelo de sociedad más humano y empático. También hay que añadir que supondría un acto de solidaridad y empatía para aquellos que están pasando hambre en el resto del mundo.

Álvaro Montesdeoca Marrero, 16 años (primero de Bachillerato)