domingo, 23 de noviembre de 2008

Niños cayuco


Juan Manuel Pardellas
(...) Nada en este país, en esta Europa grabada a fuego en la mente de estos jóvenes como el paraíso que, en realidad, no existe, está diseñado para el fenómeno de los niños-cayuco. Por ejemplo, la prueba radiológica que determina quién es adulto de quien no, toma como modelo un niño nórdico. Ya me dirán qué tienen de parecido, siquiera remotamente, la alimentación, condiciones ambientales y personales de un niño danés y de un senegalés o maliense. Luego está algo mucho más gordo. Ninguna ley española, por supuesto no la del Menor, contempla el fenómeno de los niños-cayuco, aunque, a falta de algo mejor, se les aplica sin ningún pudor. Eso sí, con la displicencia de nuestra clase política. De la gobernante en esta tierra los últimos 15 años y, a quien culpabilizo muchísimo más, de la displicente, anodina, complaciente y nada comprometida oposición socialista. En suma, luego me preguntan qué tiene un negro africano que no alguien de esta tierra. Dénme papel y lápiz, que es largo…