
Desde los Sindicatos de Inquilinas y el conjunto del movimiento de vivienda llaman a movilizaciones simultáneas el próximo sábado 5 de abril para “bajar los alquileres y que la vivienda deje de ser un negocio”. Movilizaciones convocadas bajo el lema “Acabemos con el negocio de la vivienda”.
Se consuma así un paso más tras las movilizaciones masivas protagonizadas el pasado otoño en algunas de las principales ciudades. Sevilla, Madrid, Barcelona, Xixión, Jerez, Málaga, Burgos, Bilbo, Valencia, Las Palmas, así como en varias ciudades del archipiélago balear son solo algunas de las manifestaciones que sacaron a las calles a miles de persobas para reclamar “bajemos los alquileres” ante la complicidad de los gobiernos e instituciones con la patronal inmobiliaria para seguir alimentando la vivienda como un bien de mercado.
Esta nueva convocatoria supone un paso adelante coordinando movilizaciones en todo el Estado bajo un mismo paraguas y a partir de una serie de medidas programáticas comunes. “Bajar los alquileres un 50%” se incluye así como una exigencia y no como una petición. Lograr una reducción considerable del precio de la vivienda supondría “un golpe directo al negocio que han montado con nuestras casas, y por tanto un paso decisivo en la consolidación de la vivienda como un derecho”, reclaman desde el movimiento de vivienda
Entre las principales medidas programáticas que articulan esta jornada de lucha se encuentran:
- Contratos de alquiler indefinidos. Desde los Sindicatos de Inquilinas señalan que “cada 5 o 7 años nos expulsan de nuestros hogares para subir los alquileres, provocando miles de desahucios invisibles”. Y apuntan a la necesidad de “contratos indefinidos para poder desarrollar proyectos de vida en nuestros hogares”.
- Recuperación de viviendas vacías, turísticas y en alquiler de temporada. Uno de los aspectos que se consideran pilar en el crecimiento exponencial de los precios de los alquileres en el último tiempo. En este sentido, desde el movimiento de vivienda señalan que “mientras se habla de falta de vivienda, cientos de miles de casas se usan para fines que no son vivienda habitual. Necesitamos recuperarlas para que cumplan una función social”.
- Fin de la compra especulativa. “La vivienda no puede ser una inversión. Se debe prohibir la compra de vivienda si no es para vivir en ella, ya sean fondos buitre o rentistas individuales”, consideran desde los Sindicatos de Inquilinas.
- Desarticulación de grupos de desokupación. Ésta constituye una de las principales expresiones del escuadrismo fascista en nuestras ciudades, empresas privadas, cuerpos policiales y rentistas se dan la mano aquí. Como apuntan desde el movimiento de vivienda “cada vez más caseros acuden a grupos de matones para echarnos de nuestros hogares con coacciones y amenazas. Estas prácticas violentas deben prohibirse”.
- Aumento del parque público de vivienda y disolución de la SAREB, una de las principales reivindicaciones históricas del movimiento de vivienda. “Es necesario ampliar el parque público de vivienda, pero no a través de la construcción masiva sino a través de la vuelta al parque público de la vivienda de la SAREB y de expropiaciones. Necesitamos un modelo que elimine los requisitos de ingresos mínimos, ajuste precios según los ingresos de los hogares y cree un sistema 100% público y de alquiler a perpetuidad” explican desde el movimiento de vivienda.
El sindicalismo de vivienda sigue creciendo en todo el Estado
El derecho por la vivienda es y continuará siendo un derecho en disputa. Frente al interés de rentistas y especuladores a través del mercado, cada vez más trabajadoras se están organizando para conquitar el derecho a la vivienda. En respuesta estamos asistiendo a una auténtica expansión del movimiento de vivienda, dando lugar a espacios autorganizados en nuevas ciudades. Sevilla, Cádiz muy recientemente, Burgos, Salamanca y Guadalajara en los meses anteriores, así como Asturies, Vigo, se suman a los sindicatos de Inquilinas de Madrid y especialmente de Barcelona, una de las puntas de lanza del movimiento de vivienda.“El enriquecimiento de una pequeña minoría rentista a costa de asfixiar económicamente a una gran parte de la sociedad, la impunidad con la que opera la patronal inmobiliaria y la imposibilidad de construir proyectos de vida por la falta de acceso estable a una vivienda han encendido la indignación social y han consolidado el consenso de que la vivienda debe dejar de ser un negocio para convertirse en un derecho” explican desde los Sindicatos de Inquilinas como principales razones de fondo para esta “explosión” del movimiento de vivienda.