Nota del autor: La foto de Aylan ha sido incluida para poder contextualizar este artículo pero como se argumenta a continuación, la publicación de esta foto sin ninguna contextualización en muchas ocasiones solo ha respondido al morbo y al sensacionalismo con el que se alimentan los medios. Sin esas imágenes, los sirios probablemente seguirían siendo ignorados por gran parte de la prensa mayoritaria y, por ende, de la sociedad.
Corrían los primeros meses de 2011 y varios países árabes como Egipto, Túnez o Yemen vivían procesos revolucionarios que llevaron a la gente a la calle a pedir cambios sociales. Siria no fue una excepción y los manifestantes salieron a las principales vías de Daraa, Alepo, Homs o Damasco reclamando libertad, democracia y derechos humanos. Sin embargo, cuatro años y medio después lo que queda es un país arrasado y destruido, con una población exhausta que ha tenido que comenzar una nueva vida lejos de sus casas.
Pero el recibimiento ha dejado mucho que desear. Obligados a huir, en su mayoría han encontrado refugio en los países vecinos (Líbano, Turquía, Egipto...) que se han visto desbordados. Mientras, Europa ha mirado para otro lado hasta que la crisis ha alcanzado su mismo corazón y se ha tornado demasiado obscena como para obviarla. Al menos hasta que la foto de un niño de 3 años, muerto en la playa, ha removido conciencias. Su nombre, Aylan, ya es el de millones de sirios.
- Los periodistas han viajado a Siria desde 2011, pero hasta ahora no ha habido hueco para sus crónicas.
Son varios los periodistas que han viajado al país desde el comienzo de la guerra, jugándose la vida para contar lo que estaba pasando, teniendo que pagarse ellos su propia seguridad y trabajando como freelance, sin ningun tipo de garantía y mendigando a las redacciones de los medios un hueco en sus páginas. Todo por menos de 50 euros por pieza en algunos casos.
El propio Antonio Pampliega lo contó hace unos años, cansado de buscar una oportunidad que todo el mundo le negaba. Se estaba produciendo una masacre en Siria y nadie estaba dispuesto a pagar por dar una información de primera mano y de calidad. Su desaparición, junto a Ángel Sastre y José Manuel López, hace algo más de mes y medio en Siria mostró los riesgos y la precariedad que sufren estos periodistas.
“Llevo casi tres años recorriendo las zonas más peligrosas del planeta. He invertido todos mis ahorros, he pedido un crédito... ¿Qué más tengo que hacer para poder trabajar? Cada vez que me lo planteo se esboza una sonrisa en mi rostro y niego con la cabeza. Si sigo es porque amo esta profesión con todas mis fuerzas”. Antonio Pampliega, octubre de 2010.
- La hipocresía de los medios
Sin ningún rubor se puede pasar de advertir de los peligros de la llegada de los refugiados y transmitir el mensaje de que vienen a Europa para quitar el trabajo a clamar porque estén muriendo y pedir soluciones. El ejemplo del Daily Mail es perfecto en este sentido, pero no ha sido el único.
Que la foto del pequeño se haya viralizado y haya provocado que las sociedades europeas sean conscientes del drama humano que se vive en Siria no debe ocultar la realidad. Que desde hace 4 años y medios hay miles de niños muriendo en el país y en su huida desesperada por escapar de la guerra que asola el país.
Aylan es uno de los últimos, pero antes que él más de 11.000 niños habían fallecido durante el conflicto, según cifras de junio del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Más de 11.000 vidas, historias y sueños sesgados que no se conocieron simplemente por el hecho de que no murieron en una playa europea. Pero nadie puede olvidar que lo que ahora se ve en los medios lleva ocurriendo casi 5 años.
Refugiados sirios en febrero de 2015 (Mercy Corps/ACNUR)
- Sale en los medios porque hay fotos y vídeos
Hace unos días en Egipto tenía una conversación con una amiga que se preguntaba en voz alta: ¿por qué ahora es noticia si la situación es igual de dramática desde hace años?
A mi juicio son dos los factores fundamentales que lo han provocado; por un lado el ya mencionado de la cercanía y lo inmediato. Europa mira a los refugiados cuando estos están llamando a la puerta de sus fronteras. Pero además hay otro que no se debe obviar: un poderosísimo material gráfico, en forma de fotografías y vídeos que muestran el sufrimiento y las dificultades, y ponen cara y voz a lo que la sociedad antes tenía que imaginar.
Refugiados a su llegada a Macedonia (Reuters) |
- Europa ha pasado de la indiferencia al rechazo
Han sido necesarios más de 300.000 muertos, 7 millones de desplazados internos y más de 4 millones de refugiados en países como Turquía, Jordania o Líbano para que Europa ponga sus ojos en Siria. Cuando estas personas han empezado a abandonar los países de acogida y se han jugado la vida en peligrosas travesías por mar con destino a Grecia o Italia es cuando ha empezado la preocupación, pero lejos de cumplir los acuerdos internacionales que ellos mismos firmaron, la reacción de países como Hungría, España o Macedonia ha sido la de fortalecer sus fronteras para que no pudiese entrar nadie construyendo vallas alambradas, aumentando los controles policiales e instigando la violencia y el miedo.
Un hombre intenta cruzar una alambrada que separa Serbia de Hungría |
- Una pregunta para concluir
Ayer fue Irak, hoy es Siria y mañana será cualquier otro lugar en el mundo. ¿Hasta cuándo va a continuar la pasividad de la comunidad internacional que prefiere mirar a otro lado mientras que los países se desangran sin cesar?