-->Adrián Quintana Martín
Se
han traído finalmente los papeles del último presidente de la II
República y se ha hecho un esfuerzo publicitario enorme a favor de
un personaje muy controvertido, como dijo el presidente del cabildo
en la presentación en la antigua caja de reclutas. En una entrevista
en el periódico La Provincia Carmen Negrín dice que no sabe que es
el perdón y que su abuelo no tiene que pedir perdón. Yo creo que sí
tiene que pedir perdón de muchas cosas, pero a diferencia de la
historiografía franquista que erróneamente se centró en culparle
por la pérdida del oro del banco de España (Lógicamente la
república tenía que pagar el armamento que compraba en Rusia y no
le quedó más remedio que usar las divisas que tenía). Yo me
centraría más en destacar de este personaje la cantidad de víctimas
mortales que tras la caída del frente de Aragón provocó en ambos
bandos desde el final del año 38 hasta el fin de la contienda con
su consabida frase “resistir es vencer” y que convencido de que
alargando la guerra española ésta se uniría a una contienda
europea que estaba en ciernes y que cambiaría el curso de la
historia. Incluso tuvo que haber un golpe interno del coronel Casado
para evitar más derramamiento de sangre. Por tanto el Dr. Negrín es
un personaje que a las órdenes de Stalin intentó vanamente alargar
la guerra más allá de lo que humana y técnicamente era posible,
provocando, miles de víctimas de más que se hubieran salvado de
haber capitulado cuando las posibilidades de ganar la guerra eran
ridículas. Solo algunos valientes como Segismundo Casado o Julián
Besteiro, que se quedó en Madrid tras la caída acompañando al
pueblo, se merecen un reconocimiento póstumo.