martes, 21 de enero de 2014

CARDONA QUIERE QUE LAS PALMAS DE GC SEA COMO SINGAPUR

F. J. CHAVANEL
Operación Singapur. Juan José Cardona el miércoles en Madrid en su conferencia planetaria citó en unas cuantas ocasiones a Singapur, vinculando su nombre al futuro de Las Palmas de Gran Canaria. Otro político, en plena ascensión de los noventa, José Carlos Mauricio, unió Hong-Kong con esta ciudad. No está mal Singapur como meta. Un renta per cápita de 40.000 dólares al año; un paro de apenas un 2%, una de las capitales del mundo en cuanto a mercados financieros, uno de los puertos que más mercancías mueve al año. Sin embargo, los casinos se despliegan por la ciudad como si fuera Las Vegas, en un romance con el vicio y las perversiones humanas que incluyen relaciones sexuales con niños, todo tipo de ludopatías, prostituciones varias y de todos los colores… Es la ciudad soñada por el ultraliberalismo. Bajos impuestos, inversiones sin inseguridades jurídicas, un lugar casi perfecto para realizar negocios.
Cardona no explicó demasiado bien por qué de repente esta querencia por Singapur. Otras veces había hecho más hincapié en el lugar estratégico que la ciudad que dirige posee hacia África. Tal vez el secreto resida en las plataformas petrolíferas que visitan Singapur cada año. Es el centro asiático de reparaciones al por mayor; un puerto extraordinario y espectacular que mueve auténticas fortunas. ¿Qué pasaría si el puerto de Las Palmas fuese declarado centro logístico para plataformas petrolíferas en este lugar del Atlántico? De momento este espacio está vacío.
Conocemos que eso es lo que va hacer Repsol cara a sus próximas prospecciones en la mediana, pero Repsol no está sola. Es posible que pronto una marca del calibre de Rolls Royce, decida apuntalarse en La Luz. La fortaleza de Rolls Royce en el campo de las plataformas petrolíferas está en la construcción de las hélices. Si vienen los ingleses vendrán una cuantas marcas más. Es obvio. El año pasado el puerto grancanario recibió unas doce plataformas, cada una de ellas con 250 personas a bordo, a las que hay que añadir la pléyade de ingenieros y de especialistas que cada empresa envió desde origen a seguir las reparaciones en la isla. Se calcula que movieron entre 700 y 800 millones de euros, entre pagos efectuados al Puerto, y todo lo que significó su mantenimiento.
Lo que se espera en el futuro es la recepción de unas treinta plataformas al año durante treinta como mínimo, lo que precisa que el Puerto cambie su fisonomía. Luis Ibarra, autoridad portuaria, ya lo está haciendo con el apoyo del PP a nivel central. De ahí que Cardona tenga información privilegiada de lo que está sucediendo.
Los datos del año pasado evidencian que el puerto grancanario sigue perdiendo servicios en el tráfico de contenedores (cien mil menos en 2013), y así seguirá sucediendo mientras el empresario Javier Esquivel mantenga la relación de enfrentamiento enfermizo que sostiene con su socio Mediterranean Shipping. Esquivel es consciente de sus limitaciones y no ceja en su empeño de seguir a sangre y fuego laminando cualquier tipo de competencia en el Puerto. Ahora quiere pasarse a la reparación de plataformas. Es un negocio que no conoce pero presiona y da el coñazo como nadie para salirse con la suya. Es la prueba definitiva de la metamorfosis que le espera al Puerto de La Luz. Probablemente ese puerto ocupará un papel primordial en el avance de la economía de esta parte del Archipiélago. Las Palmas de Gran Canaria no será Singapur, no tendrá ese nivel de paro ni esa seguridad jurídica ni esa renta per cápita, pero es una oportunidad de oro que no se puede dejar pasar si se pretende apostar por la competitividad.