martes, 5 de enero de 2021

STOP DERROCHE EN TRIANA, LAS PALMAS DE GC

David Peña

Martes. 4 de enero. Triana. Las calles llenas en plena pandemia por las personas que han dejado para última hora los regalos de Reyes. Prisas, prisas y más prisas. Reina el consumismo. Pero, entre toda esa marabunta de gente que parece haberse olvidado de que nos seguimos encontrando en una pandemia mundial que ya se ha llevado a casi dos millones de personas en todo el mundo, se encontraba un pequeño grupo de personas que luchaban por algo, que no estaban ahí cegados por la extrema necesidad de comprar y comprar.

Estas personas se reunían en Triana con motivo de una protesta pacífica organizada por la Campaña Stop Derroche. Pero ¿Cuál era la razón de esta manifestación en estas fechas y en medio de una calle comercial tan concurrida? Muy sencillo. El motivo era organizar esta marcha como protesta por el consumismo exacerbado y centrado, sobre todo, en el derroche masivo de alimentos. Bajo el lema #STOPDERROCHE, decenas de personas se fueron uniendo a un evento que, durante hora y media ocuparon una pequeña parte de la calle capitalina con el objetivo de concienciar a la ciudadanía y a la actividad política. Así, el evento se dividió en tres fases. Dio comienzo a las seis con un festival en el que diversas personas contaban sus experiencias, anécdotas e historias relacionadas con la temática abordada. Una vía muy original con la que intentaban buscar la concienciación ciudadana.

Lo siguiente que tuvo lugar fue el despliegue de la sábana 100 metros STOP DERROCHE. Durante media hora, y al ritmo de la batucada "Piratas del Caribe" que acompañaba al grupo de manifestantes, caminaron por toda Triana exponiendo y demostrando la dura realidad. Así, cabe destacar el choque de realidades que en ese momento se estaba dando. Personas protestando al ritmo de la música por el consumismo exacerbado y el derroche en medio de las personas haciendo colas interminables en las tiendas para comprar los últimos regalos. Sin embargo, Yolanda Ortega no se amedrentaba y ponía, si es que podía ser posible, mucho más ruido exponiendo de una forma cruda y real la realidad que vive el mundo con la lectura del manifiesto que era el lema de la manifestación.

Con frases y datos tan duros como que más de 17 millones de personas mueren al año de hambre, que más de 1300 millones de toneladas de alimentos acaban en la basura o que, por otro lado, no existe una voluntad política para el derroche de alimentos, la marcha iba cogiendo más y más forma hasta llegar al punto de reunión, en la esquina con San Pedro de Triana. Tras media hora de protesta, se reanudó el pequeño festival de relatos e historias que había tenido lugar anteriormente, una vía que, como ya he mencionado anteriormente, se presentaba como algo muy ameno y que llegaba directamente a todas las personas que en ese momento se habían parado a escuchar lo que aquellas personas tenían que contar. Homenajes, cuentos, anécdotas, representaciones… Hubo espacio para todo.

Por último, para dar por finalizada la manifestación, se volvió a leer el manifiesto mencionado anteriormente con la ayuda de los espectadores allí presentes. Y es que, con cada frase alguien levantaba una pequeña pancarta con esa frase. Otras de las más duras serían que 1/3 de la producción de alimentos se tira o que producimos un 60% más de lo que necesitamos. Finalmente, la manifestación acabó con los organizadores repartiendo "pan de Carmela", de Bascamao (Montaña alta) a los allí presentes y con la actuación de la parranda de la parroquia de Santa Isabel de Hungría, en Escaleritas, poniendo alegría a una tarde de reivindicación y protesta.