Con una puntuación de 56 sobre un máximo de 126 obtenida en función de la financiación, recursos y funcionamiento, política farmacéutica, valoración de la ciudadanía listas de espera e índice de privatización sanitaria, las islas ofrecen los peores servicios sanitarios del país por detrás de Murcia (61 puntos), Andalucía (61) y Cataluña (65).
En el lado contrario se encuentran las comunidades de Navarra, que obtiene la máxima puntuación: 102; seguida del País Vasco (100 puntos) Aragón (96 puntos) y Asturias (92).
Cotejando los datos del archipiélago en este último informe con los anteriores elaborados por la Fadsp, entre 2009 y 2014 los servicios sanitarios públicos canarios ocuparon la penúltima posición, solo por encima de la Comunidad Valenciana. En el año 2015 las islas bajaron una posición, siendo la última comunidad del país, Aquel año se le otorgó a la sanidad canaria una puntuación de 44.
Desde entonces la sanidad isleña ha ido sumando puntos, pues ha pasado de los 44 en 2015 a los 56 logrados en este último informe, salvo los años 2016 y 2017 que se estancó en 49 puntos. No obstante, este ligero aumento no ha servido para que la sanidad pública canaria escale puestos a nivel nacional.
Navarra ha obtenido un 102, mientras Canarias ha sacado un 56, lo que, según el presidente de la Fadsp, Marciano Sánchez Bayle, en declaraciones recogidas ayer en Madrid por Europa Press. ejemplifica las «claramente excesivas y no razonables diferencias» entre comunidades autónomas.
Sánchez Bayle insistió en declaraciones a Europa Press en que los recortes en Sanidad durante la crisis «todavía no se han recuperado. Sigue habiendo listas de espera intolerables, y ahora preocupantes en atención primaria. La diferencia entre comunidades autónomas es muy elevada. La privatización es el elemento que más ha deteriorado la situación en Madrid. Se sigue evidenciando una gran disparidad en los servicios sanitarios entre las comunidades autónomas, que no se reduce, lo que pone en peligro la necesaria cohesión y equidad entre territorios», lamentó.
Es más, «la diferencia entre comunidades es claramente excesiva (de 46 puntos sobre un máximo alcanzado de 102). La ratio entre la comunidad de mayor puntuación y la de menor puntuación es de 1,82 una de las mayores registrada en los informes realizados», señala el documento, donde se recuerda que en el año 2018 esa ratio fue de 1,77; «y sigue evidenciando una gran disparidad en los servicios sanitarios».
Según el informe de la Fadsp, aunque en los cuatro últimos años se ha producido «un aumento presupuestario, este ha ido dirigido de manera casi exclusiva al incremento del gasto farmacéutico (18% entre 2014 y 2018) y a las privatizaciones».
Sánchez Bayle señaló, según recoge Efe, que hay una «brecha autonómica» que es «bastante preocupante y negativa», porque el derecho a la salud lo tienen todos los ciudadanos, independientemente de donde vivan. «Es inevitable que haya diferencias entre unas comunidades y otras –agregó–, pero son tan grandes, que no son razonables».
Para solucionar el déficit en los presupuestos para sanidad, sugirió que la financiación «sea finalista», porque aunque no se pueden dar las mismas prestaciones en todos los lugares, «las diferencias no pueden ser del 50%»