Ha dado en primer lugar detalles de la situación económica dramática que afecta especialmente a los más pobres en cuanto a alimentación, medicinas, transporte etc. Esta es la razón por la cual mucho emigran y muchos más quieren emigrar.
Señaló también que en el pueblo se ha desatado la solidaridad. Cada cual intenta ayudar a los otros.
Por otra parte la oposición política está muy desunida pero hay colectivos que cada día se comprometen más, especialmente los jóvenes y las mujeres.
Esta dramática situación -afirmó- viene de lejos. Los grandes partidos de la democracia vivían lejos del pueblo y eso siempre es terreno abonado para el populismo, como había señalado en un viaje a Venezuela (1962) el sacerdote español D. Tomás Malagón que es, precisamente, uno de los inspiradores del movimiento "Encuentro y Solidaridad" en cuya sede se celebró la tertulia: "Los grandes partidos vivían lejos de los pobres; cuando el pueblo escuchó a gente que hablaba de los pobres se sentía como dignificada".
Dio a entender D. Mariano que siendo tremendamente responsables los dirigentes actuales, también lo eran los dirigentes de aquellos años.
En el diálogo fueron muchos los temas tanto sociales como eclesiales, si bien el más importante quizá fuera que don Mariano insistió en que es necesario -citando a Benedicto XVI- pasar de un cristianismo de tradición a un cristianismo de convicción: "Muchos de esos políticos corruptos también creen, también son bautizados, somos todos los que debemos plantearnos un cristianismo de más convicción" dijo mientras acompañaba con gestos sus palabras.