Se hizo una Celebración eucarística arciprestal. Las moniciones, los cantos, los silencios y algunos reportajes audiovisuales aludieron al drama y esperanza de las migraciones, especialmente en su dimensión solidaria según el papa Francisco.
Tuvo unas palabras Graziella Cucú, que es la embajadora para la Cruz de Lampedusa desde el Vaticano; explicó el sentido que el Papa le daba a este gran símbolo.
Graziella Cuccú |
Al acabar la Eucaristía nos dirigimos al Puerto donde han llegado tantas pateras, testigo de tanto sufrimiento y solidaridad.
Allí también hicimos silencio y canto. Las palabras finales fueron un llamamiento y un compromiso a seguir la senda de la globalización de la solidaridad