Hoy cerramos el año civil, con la Solemnidad de la Sagrada Familia. Esta es una fiesta reciente ya que tiene poco más de un siglo de existencia, fue establecida por el papa León XIII para dar a las familias cristianas un modelo evangélico de vida. El ejemplo de la familia de Nazareth nos mueve hoy a vivir de una manera diferente.
En esta fiesta de la Sagrada Familia pensamos en todas las familias cristianas. ¿Hay familias santas, además de la de Nazaret? Si, las hay, cada una en su estilo único, si los miembros, padres e hijos, se aman y respetan mutuamente y dejan que Dios alimente y profundice su afecto; sí, si el alimento, la alegría y el cuidado se comparten; sí, si los roces o choques se resuelven de una manera que permita a los miembros crecer juntos en el perdón y en la comprensión mutua; sí, hay familias santas donde la puerta se abre con hospitalidad, y donde el Señor mismo es acogido en hermanos pobres y sufrientes, todos estos hermanos los vemos representados con la Cruz de Lampedusa, hecha con maderas de barcas de inmigrantes que han naufragado en el Meditarráneo, y que hoy nos acompaña en esta celebración.
Es el Señor mismo quien nos da la bienvenida aquí y ahora en esta Eucaristía