El actual sistema presenta dos grandes problemas de orden democrático. Por un lado, las elevadas barreras, del 6% autonómico y del 30% insular (que es la circunscripción), que en distintas ocasiones han dejado fuera del reparto de escaños a partidos con un elevado apoyo ciudadanos en las urnas.
Le sucedió al Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) en 1999. La formación que entonces encabezaba Dimas Martín se quedó apenas a un punto del 30% y quedó segunda tras CC en Lanzarote. Mientras esta logró 4 escaños el PIL se quedó en blanco.
Ocho años más tarde, Nueva Canarias, con 46.000 sufragios en Gran Canaria (11%), y más de 50.000 en el conjunto del Archipiélago, también se quedaba fuera de la Cámara autonómica.
Igual que le ocurrió, más recientemente, en las elecciones de 2015, a Ciudadanos: sus 54.000 papeletas en el conjunto de Canarias, a escasa distancia de la barrera del 6%, fueron directamente a la papelera.
En el resto de comunidades autónomas las barreras oscilan entre el 3% y el 5%. En las elecciones generales es del 3% y en los comicios locales del 5%. Alemania tiene una cláusula del 5%, Rusia del 7% y Argentina del 3%. Solo Turquía la eleva al 10% para obstaculizar la presencia de formaciones kurdas.
(Des)proporción
Pero, además, la otra gran distorsión es la proporcionalidad. Originada por el sistema de triple paridad, es decir, igualdad de escaños entre las islas capitalinas (Gran Canaria y Tenerife, 15 cada una), entre estas y las islas no capitalinas de su provincia, también 15, y, al fin, entre las islas occidentales y las orientales, 30 cada una.
Esto hace que el 82% de la población, la que reside en Tenerife y Gran Canaria, tenga el mismo número de escaños (30) que el 18% restante. Que El Hierro, con menos de 10.000 habitantes disponga de tres escaños, y Tenerife, con más de 900.000 y Gran Canaria, con más de 850.000, 15 cada una. Lo que hace una proporción de 1 a 17. O que, en fin, Agrupación Socialista Gomera (ASG) tenga tres diputados con 5.000 votos y a Podemos y a Nueva Canarias les cueste 19.000 votos cada escaño.
Presentamos aquí un recorrido por distintos modelos de sistema electoral aplicados al caso canario. Junto a los que se han puesto en práctica, el que nació del primer Estatuto y el modificado de la reforma estatutaria de 1996, incluimos algunos que han llegado al Parlamento. Asimismo, analizamos otras propuestas presentadas en los últimos años por partidos, colectivos sociales o particulares.
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http://www.eldiario.es/canariasahora/premium_en_abierto/Once-alternativas-cambiar-electoral-canario_0_512698971.html