David Monserrat / Puerto del Rosario
«Un día sin tratamiento puede matarnos»,
aseguraban ayer entre los paciente de cáncer que se manifestaron en la
puerta del hospital para exigir que se nombre a un oncólogo fijo. Los
enfermos aseguran que no es una cuestión baladí, sino de vida o muerte.
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«Con esta enfermedad no se puede estar jugando, un día es importante, tienes que seguir un tratamiento y una revisión, un día que falle puede suponer que a una persona la mates, que es lo que están haciendo en el hospital, matar a las personas», añadía Vila.
La oncóloga titular presentó su renuncia el pasado 7 de julio y, tras ello, la Consejería de Sanidad desplaza a un especialista desde el hospital Doctor Negrín de Gran Canaria a la Maxorata dos veces por semana. Pero para los enfermos no es suficiente y exigen celeridad para nombrar a uno titular cuanto antes: «No tenemos oncólogo fijo, a veces no hay tratamiento, el día 2 de agosto vine a por tratamiento y no lo tenía, sí me lo dieron el día 3. Estamos luchando para que pongan un oncólogo fijo, porque esto es una enfermad con la que no se puede estar jugando, porque la enfermedad avanza y están jugando con nuestras vidas», explicaba Jackeline Montero, enferma de cáncer desde hace tres años.
Montero explicó además que, en los últimos días, falleció de cáncer una persona «a la que dejaron sin tratamiento», y lamenta que «se esté seleccionando entre los enfermos» a la hora de decidir quién recibe tratamiento y quién no. «Cuando no recibimos tratamiento lo único que nos dicen es que no hay tratamiento, no nos dan más explicaciones al respecto», aseguraba.
Los enfermos, siempre y cuando tengan fuerzas para ello, y sus familiares realizarán concentraciones diarias a lo largo del verano hasta que la Consejería de Sanidad ponga un oncólogo «que esté aquí todos los días».
«Lo que hacen es matarnos». Begoña Asencio acompañaba a su marido, Julio Vila, enfermo de cáncer: «Es una enfermedad muy dura y triste, lo pasan muy mal porque no saben si hoy los atienden o no». Milagros Domínguez, enferma crónica de otra enfermedad, se acercó a la concentración para dar apoyo y exigió mejores servicios: «No sé para qué amplían el hospital, que amplíen el cementerio, porque lo que están haciendo es matarnos».