Sara Hormigo, representante de la Oficina Económica y Comercial de washington, explicó que el Banco Mundial financia más de 5.000 millones de dólares al año en África, lo que supone más de 1.000 contratos al año de los que un 33% tienen que ver con los sectores de la energía y el agua. Los contratos salen a licitación pública siempre y cuando el país no tenga capacidad para desarrollar esos proyectos, que tienen que ver con infraestructuras relacionadas con la energías limpias y que representan «grandes oportunidades» de negocio para las empresas.
Pero las empresas canarias tienen un problema importante: su tamaño. «Normalmente son pequeñas y para este tipo de contratación, aunque hay licitaciones desde volúmenes muy pequeños hasta muy elevados, casi todo lo que sale a concurso es a partir de 250.000 dólares». Por tanto, «se requiere capacidad financiera para afrontar un concurso de este tipo y es necesario que las pymes se apoyen y se unan creando una especie de consorcio».
Para Hormigo, el conocimiento del mercado africano es el punto fuerte de las empresas del Archipiélago. «En Canarias hemos visto a empresas que conocen Gambia, a las autoridades del país, que saben quién es el cliente. Entonces, frente a otra empresa española radicada en Madrid, que factura muchísimo más pero que no conoce a nadie en Gambia, una empresa canaria puede ser un socio estupendo para licitar en un contrato con el Banco Mundial».