El obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, destaca el dolor que sufren los refugiados
Las lágrimas de la Virgen de los Dolores quisieron estar al lado de los refugiados que
huyen de las guerras que están asolando a Siria, Irak y Afganistán. Sin
embargo, el obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, alertó
ayer durante su homilía en Mancha Blanca del dolor que causan las
vallas, muros y fronteras que se están levantando contra los refugiados.
Cases invitó a los más de mil fieles que se dieron cita ayer en Mancha
Blanca a seguir las enseñanzas de María.