Los vecinos exigen soluciones a problemas históricos del barrio. Dicen no pedir "milagros" y lamentan la poca implicación del Ayuntamiento, que ven como un agravio comparativo respecto a la zona baja de la ciudad. "Utilizan nuestra imagen para promocionar la ciudad pero no miran en la trastienda", se queja Antonio Marrero, presidente de la asociación Artemi.
La accesibilidad es un problema congénito en un barrio erigido en un risco y una de sus principales preocupaciones. Los vecinos de San Juan saben de las limitaciones que supone residir en un espacio "con 52 callejones y una carretera principal". Por eso aclaran que no piden "milagros", pero sí un esfuerzo por parte de quienes pueden tomar medidas para mejorar la vida de una población que ha ido envejeciendo y se ve confinada en sus hogares.