El actual retraso en la edad de emancipación está favoreciendo un aumento de los casos de depresión de los jóvenes y, sin embargo, está provocando una disminución del número de personas mayores que la sufren, según informó el coordinador nacional de la Fundación de Ayuda contra la Depresión (Anaed), José Ramón Pagés Lluyot.
De hecho, la organización ha detectado un "peligrosísimo" aumento del número de casos de depresión en las familias. Esto se debe a que los jóvenes siguen dependiendo de los padres cuando llegan a la edad adulta debido a que no pueden abandonar el hogar y formar su propia familia, lo que provoca que no maduren y, por ende, que no sean capaces de afrontar solos las frustraciones normales de la vida.