Dice la última “encíclica” dominical del empleado-presidente que su preocupación son las personas. Visto desde fuera, y gracias a la promoción mediática “presuntamente” pagada con dinero de todos en los diarios y medios de comunicación, esto podría parecer cierto, pero para cualquiera que conozca un poco la política que se hace en esta isla, no es más que otra de esas mentiras institucionales más cercana a las tesis propagandísticas de Goebbels (ministro nazi del ramo) que a la realidad.
Al empleado-presidente Curbelo le importa el dinero, mantener el poder y evitar la cárcel. Poco más. Y para lograr esos objetivos se apoya en realizar las mismas acciones que ha llevado a cabo desde que entró en la política, vistiendo las carencias propias de grandes éxitos: la Gomera es la isla con mayor índice de paro de Canarias, gracias a que el Cabildo ha sido incapaz de crear empleo estable. Ninguna iniciativa para fomentar la pesca, ni la agricultura, sin industria (salvo algunos ejemplos que todos conocemos como la embotelladora de Taguluche, la cochinera de Arure, la quesería,…) y todos los recursos económicos que venían de Canarias, España y Europa se han destinado a empleo basura de 3 meses limpiando cunetas y obras pufas. ¿Cuánto empleo estable y de calidad se ha logrado con ese dinero? Muy poco o ninguno. Pues bien, gracias a esa gestión ahora va a tener que gastarse otro buen puñado de millones en contratar 1200 personas (por supuesto con foto propagandística) con las que falsear las cifras del paro y ganar un puñado de votos con los que seguir dilapidando dinero público otros cuatro años.
Pero existen otros ejemplos: si le importaran las personas, el Cabildo habría conseguido que el gobierno de Canarias pagara las subvenciones prometidas para que todas las edificaciones quemadas en el incendio de 2012 se rehabilitaran; habría terminado la piscina de Hermigua hace 3 años y no ahora; habría conseguido que el lagarto gigante, el jardín botánico o la casa de Pedro García Cabrera fueran recursos turísticos; escucharía a los vecinos antes de imponer obras pufas en los municipios en plena temporada alta de ocupación; habría conseguido la línea interior con sus socios de gobierno; no habría permitido que el antiguo Hospital se deteriorara hasta el punto de tener que gastarse millones en él;… Pero de todo eso nada de nada.
Hace poco el empleado-presidente asumió la presidencia del Parque Nacinal de Garajonay (fecha muy triste para la isla de La Gomera) y lo primero que hizo fue empezar a construir en él (para que nos vayamos acostumbrando). Todavía no son miradores, hoteles y carreteras, lo primero que se hizo fue una marquesina. La intención no parece mala a simple vista, sobre todo si obviamos el hecho de que la marquesina abierta y con ventana lateral ofrecerá poca protección contra el viento; si tenemos en cuenta que el deficitario servicio de guaguas hace más viable que los excursionistas suban con coches de alquiler o con rutas organizadas; o si nos damos cuenta de que la construyó en el lado contrario al inicio del sendero, y sin paso de peatones que permita cruzar de forma segura. En resumen, lo que importa es gastar dinero en obras inútiles, sin importar que su uso pueda acarrear un riesgo para los turistas.
Para finalizar tenemos el ejemplo de esta misma semana. Hace ya tiempo denunciamos que en el Parque Nacional había unos 10 puntos de observación contra incendios. Esos puntos desaparecieron por arte de la nefasta gestión del Cabildo, y ahora, como si de una gran noticia se tratara, nos venden que van a conseguir 3 puestos de vigilancia. Pasamos de 10 a 3 y han conseguido venderlo como un gran éxito.
Algún día los gomeros nos daremos cuenta de que al empleado-presidente no le importa la gente. ¿Será demasiado tarde?
http://www.eltambor.es/2015/01/a-casimiro-curbelo-le-importan-algo-las-personas/