El peor escenario se cumplió. Cerca de las doce del mediodía del viernes abandonaba su casa, en el segundo piso del número 6 de la calle Calvo Sotelo, obligada por la Policía Nacional y una comisión judicial, avalada por la orden de desahucio firmada por la juez de Arrecife Aurora Vela Morales.
“Estoy pasando uno de los peores momentos de mi vida. Estoy asustada y con mucho miedo por algo que nos va a pasar a mi hijo y a mí”. Cati Villalonga no sabía qué hacer el jueves por la noche, horas antes de que la echaran de su casa, y se puso a escribir.
El peor escenario se cumplió. Cerca de las doce del mediodía del viernes abandonaba su casa, en el segundo piso del número 6 de la calle Calvo Sotelo, obligada por la Policía Nacional y una comisión judicial, avalada por la orden de desahucio firmada por la juez de Arrecife Aurora Vela Morales.
No sirvió parta evitar el desalojo ni el apoyo y la resistencia pacífica de unas 50 personas, miembros de la Plataforma de Afectados por al Hipoteca (PAH), vecinos y simpatizantes. Dos decenas de agentes de la Policía Nacional ejecutaron la orden de desahucio, retirando con muy malos modos, una a una, a las personas que se habían atrincherado en la puerta del portal desde primera hora de la mañana.