Dice
Manuel Mederos en su artículo "Políticos y pobreza":Un
silencio espeso ha sido la respuesta de las instituciones públicas a
la Memoria Anual de Cáritas en la que nos recordaban la existencia
de los pobres. El Gobierno de Canarias, por vergüenza o por evitar
la polémica con la Iglesia, recordó de forma torticera que aporta
750.000 euros anuales a la ONG, para que haga lo que no hacen las
instituciones públicas, atender a los más necesitados. Esa
respuesta del Gobierno suena a reproche en toda regla que no debieron
pronunciar, entre otras cosas porque la cifra es comparable a otras
menos honrosas y esquizofrénicas, que salen del mismo departamento,
de la Consejería de Cultura, Deportes y Servicios sociales, como las
subvenciones al fútbol o el programa del Festival de Música de
Canarias que se atreve hasta con la Gran Orquesta de Chicago. No se
debió reprochar nada con esa cifra porque las instituciones han dado
ese dinero y se han desentendido del problema, de este y de otros
muchos que atienden los voluntarios en las ONG.