Los vecinos del casco histórico de San Bartolomé de Tirajana han optado por la decisión salomónica de abrir, este sábado a mediodía, la carretera comarcal por la que se accede a la villa, cortada al tráfico para llevar a cabo obras de estabilización en el Roque de la Cruz, situado en el margen derecho de la vía.
Esta decisión ha sido secundada, de forma unánime, por todos los vecinos de esta pequeña aldea al comprobar que el pasado jueves, dieciséis de mayo, fecha prevista para la reanudación de los trabajos, -tal como habían declarado la semana pasada el alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, y el consejero de Obras Públicas e Infraestructuras del Cabildo de Gran Canaria, Carlos Sánchez,- todo seguía igual que hace diez meses.
Lo han hecho a plena luz del día, entre las doce y la una y media del mediodía, y al ritmo de cánticos como ¡Campeones… oe, Campeones… oe! y de la famosa estrofa de la canción de la serie Verano Azul, “No nos moverán”. Una comitiva formada por veinticinco personas se encargó de quitar la valla metálica que cierra el paso a la aldea, mientras una barrera de personas, compuesta por abuelos, niños, madres,... vigilaban que no llegase nadie y esperaban a que se terminase de abrir el corte.
“El jueves no se reanudaron las obras y hoy todo el pueblo, bisnietos, abuelos, hijos y padres, generación tras generación, nos hemos echado a la calle”, comenta Javier Santana, dueño de la ferretería del pueblo. “Después de tantas mentiras y tantos enredos por parte del alcalde y del consejero hemos reaccionado, era hora ya de que el pueblo despertara” sentencia Javier, afectado por pérdidas de más del 50% en su negocio desde que se cerrara la carretera, “ellos han seguido cobrando su sueldo mes a mes todo este tiempo, nosotros no, y no nos han dejado otra solución”.
"El consejero no sabía ni en qué fecha estábamos"
Una delegación, compuesta por tres miembros de la Asociación de Vecinos de Tunte,-Quico Mejías, Pablo Guerra y Rodrigo Ramos-, presentó ayer en las oficinas del Cabildo de Gran Canaria las 1.100 firmas que han recogido para pedir que el Cabildo solucione de una vez los problemas que sufren los vecinos por el corte de la carretera. “El primer coche que ha pasado por la GC60, una vez abierta, ha sido el de la policía local, al que hemos recibido con aplausos, explica Javier, con una gran sonrisa. “Estoy feliz porque el pueblo se ha mantenido unido y firme en esta decisión”.
“Casualmente nos encontramos con el consejero Carlos Sánchez, a quién preguntamos dónde teníamos que entregar las firmas”, explica Rodrigo Ramos, uno de los miembros de esta comitiva que se desplazó a las oficinas del Cabildo. “No sabía ni en qué fecha estábamos y que se había vencido el plazo”, comenta este vecino de Tunte que tuvo que apartarse para que no le diera risa cuando estaba hablando el consejero. Finalmente, “nos dijo que se reuniría ayer por la tarde con Santana Cazorla y que de ahí saldría una sanción económica fuerte”.
Ramos cree que se ha llegado a un punto de inflexión en este conflicto, “el pueblo ha dicho fuera mentiras, fuera oscurantismo”. Estamos en alerta y no vamos a dejar que cierren la carretera otra vez si no obtenemos un compromiso serio por parte de los responsables de la obra”.
En el escrito presentado por los vecinos de Tunte en el Cabildo han demandado no sólo una solución urgente al problema, sino ayudas para los negocios del pueblo que acumulan pérdidas del más del 50% desde que se procedió al cierre de la carretera.