A Candelaria se le
humedecen los ojos cuando habla de la situación que padecen los vecinos del
casco viejo de Corralejo. Su caso es idéntico al de otros vecinos. La empresa
Delval Internacional compra el suelo donde se ubica su casa, heredada de su
tía, que no estaba inscrita en el Registro. La entidad solicita la licencia de
segregación al Ayuntamiento de La Oliva y la obtiene por silencio
administrativo. Candelaria y su familia han ganado en primera instancia la
propiedad de su casa, pero la sentencia está recurrida a la Audiencia Provincial