jueves, 29 de diciembre de 2011
Carta De CHANA a CAMILO
Querido Camilo:
Ya son once años sin ti, sin tus consejos, sin tu voz, sin tus caricias, sin tus gestos de complicidad, y porque no decirlo, sin tus regañinas. Eras nuestro referente, nuestro guía, nos tenias acostumbrados a hacérnoslo todo, y de repente tenemos que aprender a vivir sin ti, son muchas la veces que me encuentro preguntándome si hubiera sido mejor que me hubiera ido yo o ¿Y porque a nosotros? Luego, recuerdo aquellas dos conversaciones que tuvimos, una en el Faro de Maspalomas, en la que me dijiste; después de una larga conversación de lo que pasaría o debiera pasar si no hubiera esperanza de vida: “Piensa Chana que si somos creyentes y rezamos el Padrenuestro todos los días, tenemos que creernos aquello de “hágase tú voluntad aquí en la tierra como en el cielo” Luego vinieron esos dos años más a los que tú llamabas prorroga y a mí se me antojaba un gran regalo, y la otra conversación aquel día triste y gris, anterior al de tu partida: “Chana siento mucho dejarte a ti y a Pino, a Laura y al niño (Guillermo), pero piensa que soy yo el que debo irme, ustedes deben continuar, y seguir luchando por lo que hemos creído siempre, y Chana, Vivir, vivir y vivir, que con que me muera yo, ya hay suficiente”.
Camilo, cada día se te extraña más aunque resulte incompresible, en la medida que te alejas en el tiempo te tenemos más presente, debe ser la maravilla del amor y de nuestro creer en que no fue un adiós definitivo, sino un ¡hasta mañana en el Altar!