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El mejor negocio del mundo es hacer negocio con el Gobierno de Canarias. Cada vez tenemos menos dudas. Obsérvense si no esa pléyade de concursos de los que hemos tenido conocimiento en los últimos tiempos y que no producen otra cosa que el extraordinario enriquecimiento de las empresas ganadoras a costa de un servicio cuanto menos de dudosa calidad, si es que el tal servicio se llega a prestar en algún momento. Así, a vuelapluma, nos vienen a la cabeza los concursos de implantación de la herramienta informática Atlante II, el chiripitifláutico de las ambulancias y el non nato de la hemodiálisis, ese por el que una empresa sin experiencia y con un infiltrado dentro de la Consejería de Sanidad se iba a llevar limpios de polvo y paja 25 millones de euros de beneficio en quince años. El de las ambulancias se lo vamos a comentar un poco más abajo y el de la hemodiálisis seguramente será objeto de numerosos análisis una vez se vayan conociendo los resultados de las pesquisas penales que se siguen en los Juzgados de Las Palmas de Gran Canaria, con permiso de la Fiscalía, por supuesto. La noticia de este miércoles ha estado en el anuncio del consejero de Presidencia y Justicia, Francisco Hernández Spínola, que como resignado socialista canario que es, ha reconocido públicamente que se va a comer con papas y sin mojo el trozo que le dejó su antecesor con el contrato del Atlante II. 27 millones de euros de todos los canarios que irán destinados a mejorar el negocio que el adjudicatario ya hizo implantando la segunda versión de la primera herramienta que está produciendo importantes quebraderos de cabeza a los operadores jurídicos y, por consiguiente, a los justiciables. Los paganinis por partida doble.