jueves, 12 de mayo de 2011

CASA DE LA CULTURA "BELÉN MARÍA"

JAVIER BOLAÑOS

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
Comenzó hace nueve años y, pese a los innumerables sinsabores políticos, siguen concentrándose dos días en semana ante el edificio que les llevó a la lucha en la calle. El colectivo Mesa Pro Patrimonio Cultural de La Isleta ha querido recopilar en una exposición la histórica reivindicación para convertir la antigua sede de la Organización de Trabajadores Portuarios (OTP), que se transformó en comisaría de la Policía Nacional cuando ya llevaban tres años de protestas sociales, en el gran centro cultural que sea la punta de lanza de la revitalización de un barrio muy degradado, y que llevaría el nombre de Belén María, la niña que murió en 1980 durante las protestas de los estibadores.

Un libro con la colaboración de lo más granado del mundo cultural de Canarias y hasta del extranjero, fotos con el apoyo de políticos de todas las fuerzas más representativas, dibujos de un concurso escolar, paneles alusivos al conflicto, los acuerdos institucionales y hasta un vídeo recopilatorio de la larga experiencia. En definitiva, nueve años de movilización recopiladas en una batalla, que sigue en pie tras un millar de jornadas de protesta.

Símbolo. José Manuel Santos Brito cree que la lucha mereció y sigue mereciendo la pena. Llegó a permanecer encerrado dos días en la torre en los comienzos de esta larga batalla, cuando el edificio era aún un cobijo de marginales y se encontraba tapiado, hasta que la muerte de un conocido le hizo abandonar el encierro. Brito, como le conocen, recuerda que en ese inmueble de 3.000 metros cuadrados se veló en el año 80 el cuerpo de la niña Belén María,
el símbolo de las protestas de los estibadores.

"No estamos reivindicando un edificio cualquier, sino que queremos rescatar parte de la historia de nuestro entorno, porque está ligado a los portuarios y porque teníamos un proyecto mucho más ambicioso, en el que este centro cultural suponía el inicio para recuperar todo este entorno y garantizar una oferta cultural que sólo existe en la parte de allá". La presidenta del colectivo, Elva Ramírez, reconoce que el inesperado inicio de las obras de la comisaría supuso un duro revés en su momento, pero que aún hoy no descansarán en su petición.