Canarias 8
Es vox pópuli que Paulino Rivero puede estar en un día en las siete islas Canarias. Helicóptero en ristre, el presidente regional va de aquí para allá como pez en el agua o, mejor dicho, como pájaro surcando los cielos de las Islas.
Sin embargo, no todo es tan bonito como se pinta. La hiperactividad del presidente canario cuesta un riñón a los canarios. Los gastos del helicóptero, en el que se traslada entre islas, ascienden, según los casos, a un mínimo de 3.000 euros la hora, aunque también se ha llegado a duplicar esa cantidad. Luego, en cambio, se recorta la llegada de los Reyes Magos al Heliodoro por problemas de seguridad.
Aparte del derroche que supone el empleo de este medio de transporte, puesto que por menos de 100 euros puede desplazarse dentro del Archipiélago, lo que ya empieza a generar sospechas es cuándo tiene tiempo para atender los asuntos que verdaderamente preocupan a Canarias y a sus ciudadanos. A veces, ni está en el despacho, pero tampoco se le espera.
Una agenda tipo de Rivero consiste en una carrera imparable. Por ejemplo, a las 10 de la mañana, entrega de certificados en La Palma. 12:30, Parlamento en Tenerife. A las 14, entrega de 27 viviendas. A primera hora de la tarde, premio en Tacoronte. A las 19 horas, inauguración de un congreso de Medicina en Gran Canaria. Y a las nueve de la noche de vuelta a Tenerife para presidir una sesión solemne de la Real Academia de Bellas Artes.
Los fines de semana, el jefe del Ejecutivo autonómico, se viste de canario o acompaña a su esposa, Ángela Mena, como madrina del Ejército ataviada con mantilla y traje largo. Varios millones de euros cuesta la actividad de Paulino sólo en el coste del helicóptero que le transporta. ¿Y cuándo trabaja y estudia los asuntos de gobierno?