Francisco Pomares
Una información de Agencia aseguraba ayer que el Ministerio de Economía y Hacienda asegura que aún “no hay nada decidido” en relación con la materialización de la Reserva de Inversiones cuyo plazo finaliza el 31 de diciembre del pasado año, pero que “se estudia aún el caso”. Eso es falso de toda falsedad.
El Ministerio no puede seguir estudiando una posible moratoria para la RIC que vencía el 31 de diciembre, porque a esa fecha ya tiene que estar materializada. Si no lo está hay que pagar el impuesto, y si se estableciera una moratoria con fecha posterior al vencimiento del plazo, ya concluido, sólo podría ser para la RIC que vence el 31 de diciembre del 2009 –la de 2005-, porque si se hiciera de otra manera, se crearía un agravio diferencial con quienes hayan cumplido la ley, que debe ser igual para todos.
Hay un enorme desconocimiento sobre el funcionamiento de la reserva de inversiones, sus ventajas e inconvenientes que provoca que se digan muchas tonterías. La reserva es un mecanismo especial, diseñado para capitalizar las empresas canarias con dinero de todos los contribuyentes españoles, que permite no pagar hasta el 90 por ciento del impuesto sobre el beneficio –el 30 por ciento del beneficio empresarial- si la totalidad de ese beneficio se invierte en determinados activos –básicamente maquinaria e inmuebles necesarios para el desarrollo de la actividad, pero también deuda pública válida para RIC- en los cuatro años posteriores al beneficio. Por eso, cuando un empresario se acoge a la RIC, se compromete a invertir todo el beneficio obtenido, en su propia empresa antes de cuatro años, y a mantener esa inversión durante otros cinco. Esa es la ley.
Es falso que el dinero de la RIC esté ocioso: mientras espera ser materializado está –como el resto del dinero- en los bancos, que lo utilizan para inyectarlo en la economía, o es utilizado por las propias empresas para lo que necesiten, cualquier cosa. Pero al cuarto año, ese dinero tiene que ser invertido. Lo que se pretendía con la moratoria era retrasar la inversión otro año más, porque muchos empresarios han usado los fondos RIC en actividades que no son RIC y ahora no consiguen que los bancos les presten para materializar las inversiones. O sí lo consiguen, pero prefieren esperar a que el precio de los inmuebles caiga aún más, y hacer un buen negocio.
El asombroso apoyo del Gobierno de Canarias a una moratoria injusta y perjudicial –sólo beneficia a los empresarios- ha provocado más confusión y desinterés inversor y acabará por costarle a Canarias mil millones de euros que habrá que pagar en impuestos atrasados a Madrid. Precisamente cuando Canarias necesita más que ese dinero se quede aquí.
Si alguien entiende a qué juega el Gobierno regional, que nos lo explique.