Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida,
esos son los imprescindibles”. Bertolt Bretch
Y es que has sido imprescindible y no podía ser de otra manera; honrar tu despedida con palabras.
Tu paso por la vida no pasa desapercibido. Creciste entre la brega y el terrero, en una familia humilde cargada de amor puro y valores, siempre orgulloso de ser el hijo del “pollo de Agüimes”. Te forjaste en un contexto de reactividad social, de fe y revolución. Pronto desarrollaste la tenacidad, la integridad y un elevado nivel de empatía con la realidad reprimida. Desafiaste injusticias sin rebajar la convicción de los que amedrentaban la transformación.
Son tantos los discursos inspiradores, reivindicativos, justicieros, legendarios que es imposible que el torrente de recuerdos aminore su ritmo. Son tantos los capítulos que nos han nutrido que nos emocionamos al saber que fuiste protagonista de todo ese activismo.
Nos curtiste con lógica matemática aplastante, como estrategia de desafío a lo inmoral y pensamiento crítico para hacernos desarrollar por nosotras mismas nuestro propio criterio (aun asumiendo que esto nos alejara de tus dogmas, ideologías o creencias).
No has sido solo padre, sino modelo alternativo a este conformismo que pellizca. Y haremos uso de esa, tu dialéctica fluida, como herramienta para canalizar todas estas emociones que afrontamos ante el enorme vacío que dejas.
Cuando éramos pequeñas no entendíamos como podías parar cada dos segundos a saludar a alguien por la calle. Al crecer, comprendimos a la perfección el motivo del que ahora nos sentimos reflejo. Porque si hay algo que nos has enseñado es amar la vida, amar a los pobres y amar la justicia.
Integramos el concepto verdadero de AMOR a base de parque, escucha y ejemplo. Con todo ese ideario construido a base de fe, filosofía antigua y ética contemporánea. Nos salvaste de muchas papá, mediante tu templanza y tu ternura.
Ahora nos abraza la imagen vívida de tu sonrisa perfecta, tus ojitos brillantes y tus piernas firmes y fuertes. Cuanto alumbraste, cuanto recorriste, cuanto disfrutaste. Porque ese era tu ingrediente principal, “disfrutar de TODO lo que hacías”. Porque mirándote vimos, que la gente más buena es casi siempre feliz, e intentaremos seguir ese legado de exquisitez social.
Todos los tejidos que generaste: redes escuela solidaria, redes de voluntariado, redes de comercio justo, redes de amistad y deporte, redes de defensa al pueblo canario, saharahui, palestino... Todas prevalecen papá y seguirás formando parte. Somos tu red y la expansión es imparable. Nos encargaremos de que se traduzcan en nuestro quehacer vital.
Sabemos que viajar no era una de tus mayores pasiones, pero la hacías por mamá. Y ahora emprendes este último viaje, que te lleva a la casa de tu dios, donde te encontrarás con tu madre, que tanto adorabas y tu amigo del alma, José Miguel, que tanto añorabas.
Bueno, para concluir. Yo siempre quejándome de la extensión de tus escritos y la realidad es que ahora no sé dónde voy a encontrar el eco de cada palabra precisa para cada momento concreto.
GRACIAS. Gracias por tanto siempre. En cada día y en cada gesto. Tu legado es eterno y el amor de nosotras hacia ti también lo será.
Te queremos hasta la eternidad papá.
Con cariño
Mamá, Iballa y Marta
9/03/25 – LPGC
DEP: 3/3/25 La Palma
Y es que has sido imprescindible y no podía ser de otra manera; honrar tu despedida con palabras.
Tu paso por la vida no pasa desapercibido. Creciste entre la brega y el terrero, en una familia humilde cargada de amor puro y valores, siempre orgulloso de ser el hijo del “pollo de Agüimes”. Te forjaste en un contexto de reactividad social, de fe y revolución. Pronto desarrollaste la tenacidad, la integridad y un elevado nivel de empatía con la realidad reprimida. Desafiaste injusticias sin rebajar la convicción de los que amedrentaban la transformación.
Son tantos los discursos inspiradores, reivindicativos, justicieros, legendarios que es imposible que el torrente de recuerdos aminore su ritmo. Son tantos los capítulos que nos han nutrido que nos emocionamos al saber que fuiste protagonista de todo ese activismo.
Nos curtiste con lógica matemática aplastante, como estrategia de desafío a lo inmoral y pensamiento crítico para hacernos desarrollar por nosotras mismas nuestro propio criterio (aun asumiendo que esto nos alejara de tus dogmas, ideologías o creencias).
No has sido solo padre, sino modelo alternativo a este conformismo que pellizca. Y haremos uso de esa, tu dialéctica fluida, como herramienta para canalizar todas estas emociones que afrontamos ante el enorme vacío que dejas.
Cuando éramos pequeñas no entendíamos como podías parar cada dos segundos a saludar a alguien por la calle. Al crecer, comprendimos a la perfección el motivo del que ahora nos sentimos reflejo. Porque si hay algo que nos has enseñado es amar la vida, amar a los pobres y amar la justicia.
Integramos el concepto verdadero de AMOR a base de parque, escucha y ejemplo. Con todo ese ideario construido a base de fe, filosofía antigua y ética contemporánea. Nos salvaste de muchas papá, mediante tu templanza y tu ternura.
Ahora nos abraza la imagen vívida de tu sonrisa perfecta, tus ojitos brillantes y tus piernas firmes y fuertes. Cuanto alumbraste, cuanto recorriste, cuanto disfrutaste. Porque ese era tu ingrediente principal, “disfrutar de TODO lo que hacías”. Porque mirándote vimos, que la gente más buena es casi siempre feliz, e intentaremos seguir ese legado de exquisitez social.
Todos los tejidos que generaste: redes escuela solidaria, redes de voluntariado, redes de comercio justo, redes de amistad y deporte, redes de defensa al pueblo canario, saharahui, palestino... Todas prevalecen papá y seguirás formando parte. Somos tu red y la expansión es imparable. Nos encargaremos de que se traduzcan en nuestro quehacer vital.
Sabemos que viajar no era una de tus mayores pasiones, pero la hacías por mamá. Y ahora emprendes este último viaje, que te lleva a la casa de tu dios, donde te encontrarás con tu madre, que tanto adorabas y tu amigo del alma, José Miguel, que tanto añorabas.
Bueno, para concluir. Yo siempre quejándome de la extensión de tus escritos y la realidad es que ahora no sé dónde voy a encontrar el eco de cada palabra precisa para cada momento concreto.
GRACIAS. Gracias por tanto siempre. En cada día y en cada gesto. Tu legado es eterno y el amor de nosotras hacia ti también lo será.
Te queremos hasta la eternidad papá.
Con cariño
Mamá, Iballa y Marta
9/03/25 – LPGC
DEP: 3/3/25 La Palma