Repartidos por la mayor parte de la Isla, decenas de infraestructuras a medio hacer que han sido víctimas del abandono o el vandalismo y equipamientos con escasísimo uso asoman como crueles testigos de la mala gestión económica de la que han hecho gala en los últimos años las administraciones. Desde un auditorio millonario del que sólo luce su esqueleto a dos imponentes desaladoras que no han despachado ni una gota de agua, el catálogo, con una factura superior a los 274 millones de euros, daría tanto para sonrojar a más de uno como para pagar toda la deuda del Ayuntamiento de Telde