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¿Es la "pica" de platano uin sacrificio "humano" al dios Mercado? |
Ramón Delgado/eldiario.es
La crisis de precios que afecta actualmente al plátano de Canarias (la principal producción agraria de las islas) en Península y Baleares parece que va para largo: durará más tiempo, y esto seguro, que el deseado por el cosechero local, que ya se comió una muy dura en 2023.
Las fincas isleñas están dando mucha fruta en este periodo, en lo que tiene bastante que ver, aunque no sea el único factor a considerar, las altas temperaturas y todo el fenómeno relacionado con el calentamiento de la atmósfera. Nada que sea nuevo en el resto de España.Pero es que en las islas ya son tres semanas acumuladas sin opciones de vender fuera de Canarias, con valores de transacción en verde que sean remunerativos para el agricultor platanero local, toda la oferta semanal alcanzada en las islas, que es justo la identificada como marca semanal de corte, la que luego se lleva, en circunstancias normales, al empaquetado y se embarca a Península.
Para la semana que entra, la número 34, esa marca llega a 7,5 millones de kilos, según entidades pertenecientes a Asprocan y lo confirmado por la Consejería de Agricultura. Asprocan es la entidad sin ánimo de lucro que reúne a las seis organizaciones de productores de plátanos (OPP) que hay en las islas.
Pero ese umbral de kilos, el de 7,5 millones, no será al final el que se expida hacia puertos del resto de España. Nada de eso. En este agosto, el mercado de la fruta canaria por excelencia se ha encogido muchísimo, lo que no deja de ser habitual, y solo es capaz de atender, y además en muy malas condiciones de precios para el productor, en torno a cinco millones de kilos semanales.
Mientras Canarias no deja de destruir o tirar a la basura cantidades ingentes de fruta, la gran distribución minorista (en amarillo) radicada en las islas mantiene el precio de venta al público del plátano de calidad por encima de los dos euros el kilo, lo habitual en estas tres semanas con pica, con plátano a la basura.
Por aquella razón descrita, una vez más y para evitar que los costes de empaquetado y de envío a los maduradores (el transporte marítimo y por carretera) en Península y Baleares no puedan ser satisfechos a través del precio percibido en primera transacción (en verde), se decide que parte de la fruta, la que excede la demanda potencial, se quede en tierra, en las islas.
En la semana 34, la del lunes 19 al domingo 25 de agosto, otro millón de kilos (con una parte de retirada obligatoria, unos 750.000 kilos, y otra voluntaria, más o menos el resto) se destruirá o se convertirá en pica, lo que significa que no se comercializará ni fuera ni en casa, en el mercado local, y solo podrá destinarse a insumo alimentario para el ganado o sencillamente se gestionará como un residuo no peligroso más, sin descartar otras opciones. La aportación al Banco de Alimentos o a otras acciones de beneficencia suele ser la otra salida de ese alimento sobrante, pero la primera de las señaladas ahora se halla cerrada.
Aparte de esa pica total, se ha decidido, por segunda semana consecutiva, proceder a la retención en finca de casi 700.000 kilos de plátano (en verde), lo que implica que de la oferta disponible para exportar solo se emplearán 5,8 millones de kilos. Los envíos a Península llegarán, por lo tanto, a 5,8 millones de kilos, tras ese recorte o pica y la anunciada retención en finca (un problema sobre todo para las zonas de cultivo con calidades de segunda y tercera clase, que tienen la producción máxima en estas fechas y pueden terminar macheteando el plátano en la misma explotación y entonces ya no cobran ni la ayuda directa de la UE, los 0,30 euros por kilo).
La fruta en verde que se destruya tras pasar por el empaquetado, el millón de kilos previsto, siempre que la cantidad de voluntaria entre en la retirada final de fruta, sí cobrará la ayuda directa de la UE, en torno a los ya señalados 0,30 euros por kilo.
Hay que decir que esta es la tercera semana de agosto con pica en Canarias, y ya son en torno a tres millones de kilos acumulados debido a estas decisiones comerciales. Pero, ojo, esto no es nada: en 2023, la picareal alcanzó la cifra de 26 millones de kilos, sí, 26 millones.
Otra vez, y ya son tres encadenadas, toca destrucción de fruta en las islas. Ahora será en la semana 34, la que se inaugura en breve, pero antes fueron la 33 y la 32, los tres periodos consecutivos con inutilización o destrucción de fruta, de alimento, que ha habido este 2024, principalmente debido al colapso o derrumbe del principal y casi único mercado del plátano de Canarias (siempre con menos demanda en agosto e incapaz de asumir toda la oferta existente en las islas); a la competencia extrema de la fruta de temporada en Península, de manera especial la de hueso, y a la sempiterna, desde hace ya algunos años, amenaza competidora de la banana, el plátano con origen en Centroamérica y África que llega a España, con la excepción de Canarias, y se lo pone cada vez más difícil a la fruta cosechada en las islas. Algunos cosecheros confían en que esta dinámica negativa se corrija a partir de mediados de septiembre, con el inicio del curso escolar 2024-25, otro clásico.
En estos momentos, la cuota de mercado de la banana y la del plátano en Península y Baleares se puede decir que están a la par (al 50%), según las estadísticas sobre importación y expedición de esos dos géneros alimentarios en España servidas por Aduanas de la Administración estatal.
Variables del cultivo de la fruta más popular en las islas
El plátano es el principal cultivo de exportación en Canarias, tras el fallecimiento con mucho sufrimiento y de forma escalonada del tomate que se mandaba al Reino Unido y Holanda. Hay unos 7.400 agricultores plataneros, algo menos si el cálculo se realiza según los beneficiarios de la ayuda del Posei, y se hallan en explotación unas 8.629 hectáreas, según datos oficiales de 2022 reconocidos por Asprocan.
Este cultivo contribuye a la definición de un paisaje singular en las cinco islas en que esa fruta se cultiva sobre todo para mandar fuera, todas menos Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa.
Todo el plátano que se comercializa en Canarias y desde las islas tiene una calidad garantizada a través de la indicación geográfica protegida (IGP) Plátano de Canarias, con parte de la oferta además amparada por la denominación de origen protegida (DOP) Agricultura Ecológica.
El plátano que se produce en las islas (en ejercicios normales con una producción en torno a las 400.000 toneladas/año) accede a una ayuda directa anual de la UE con ficha financiera de 141,1 millones de euros que se regula dentro del programa Posei, a los que se unen 20 millones al año en ayuda estatal al transporte de mercancías, desde 2023 y prorrogada este año.
Esta fruta tropical tiene casi como único mercado el de Península, la española y portuguesa, pues los envíos fuera de esos destinos no supusieron ni un millón de kilos en el año 2022.
El reparto de la producción en las cinco islas
Tenerife sigue liderando el cultivo del plátano en Canarias, con el 46,4% de toda la producción en 2023 (50,3% en 2022) y 30 millones de kilos más en 2023 frente a 2022, por delante de La Palma (29,7%, antes 22,1%), Gran Canaria (22%, antes 25,6%), La Gomera (1,1%, antes 1,2%) y El Hierro, sin cambios y con el 0,8%. En 2023 se comercializaron 467 millones de kilos, cifra récord.
Por organizaciones de productores de plátano, las OPP, seis en las islas, la dominadora es Coplaca (entidad que además controla Eurobanan, firma que también importa y vende banana en España y Portugal, los mercados casi exclusivos de Canarias), con el 31,29% de la producción comercializada e inutilizada en 2023, de los 467 millones de kilos totales; seguida de Cupalma (17,82%), Europlátano (16,15%), Llanos de Sardina (12,56%), Plátanos de Canarias (11,41%) y Agriten (10,82%).