jueves, 25 de febrero de 2010
EL PARO NO ES NOTICIA
EL 70% de los vecinos de un barrio de Las Palmas está en paro... pero eso se merece ser noticia en la esquina... de la edición de otra isla. Canarias 7 no ha puesto la noticia en internet... ¿hasta donde llegarán estos medios de comunicación?
lunes, 15 de febrero de 2010
EL TRAGICO RECUERDO ME ASALTA POR LAS NOCHES
sábado, 13 de febrero de 2010
EL PARO ES UNA CANALLADA
Ángeles Reverón
Las Palmas de Gran Canaria
Con un par de kilos de menos, Benito Martel se ajusta el pantalón y pide perdón antes de recordar cómo sólo hace un mes y medio que los botones no le llegaban a abrochar. Vivía de alquiler en el Risco de San Nicolás y, aunque sólo con 400 euros mensuales de ingresos, dice que podía tener un plato de comida caliente en su mesa.
Ahora sólo puede comerse un bocadillo diario y su casa en San Nicolás ha sido sustituida por un baño químico en el parque de Santa Catalina. Un incendio le dejó a finales de diciembre sin nada, y una pequeña minusvalía en su vista le impide trabajar. «Vivía de alquiler y un día que estaba en la Agencia Tributaria con unos papeles, me llamó un vecino para decirme que todo estaba ardiendo. Casi me da algo. He cogido una depresión muy grande porque no puedo ni moverme».
Se quedó sin su trabajo como oficial de albañil en 2008, y desde entonces está sin ocupación. Separado desde hace 20 años, tiene tres hijos que viven en El Carrizal y Jinámar, pero no quiere ir con ellos.
El parque se ha convertido en su casa, un baño químico en su dormitorio y el centro Gánigo de la zona en su lugar de aseo. «La calle no está hecha para mí ni para nadie, pero, ¿a dónde voy?», se pregunta. Mientras habla, enseña su saco de dormir y asegura que es «su casa», y cabizbajo cuenta cómo tiene que «echar el fechillo» del baño para que al caer la noche, no le roben o le hagan daño físicamente.
martes, 9 de febrero de 2010
Usamos el odio al godo para justificar nuestra incompetencia
Entrevista a Manuel de Paz
FRANCISCO POMARES | SANTA CRUZ DE TENERIFE
– ¿Cree usted que hay un rebrote de la xenofobia en las Islas?
– Respecto de la negritud yo creo que no. Pero quizá sí se dé más a nivel de emigrantes del Magreb.
– ¿Y el antigodismo de algún periódico tinerfeño?
– El antigodismo no es exactamente xenofobia, sino un juego moralmente criticable, pero poco creíble. Yo creo que lo que se vive en Tenerife es algo muy poco representativo. Que se resucite artificialmente el antigodismo me parece muy ridículo, un sainete.
– ¿Le perece un debate superado?
– No, lo que pasa es que hablamos mucho de la crisis y así parece que la crisis es mayor. Levantar el velo del falso independentismo para justificar las tropelías que se cometen en el ámbito local me parece tan infame que prefiero no prestarle atención. Usamos el odio al godo para justificar nuestra propia incompetencia, nuestra poca capacidad de superación. Nos decimos que más vale ser canario y tonto que foráneo y listo. Es un debate que no vale nada.
– ¿Cree usted que esa técnica ha sido utilizada frecuentemente?
– Históricamente se ha dado mucho esa situación. Pero eso no quiere decir que la identidad cultural de nuestro pueblo no deba ser analizada y estudiada. Somos el único pueblo europeo que tiene una base indígena, mezclada con otras muchas europeas, castellana, normanda, portuguesa, andaluza…
– Todas las tonterías que escuchamos a diario decir a muchos políticos sobre nuestra historia, ¿no evidencia un profundo desconocimiento?
– Desde luego. Ni conocemos nuestra historia ni la asumimos tampoco. Y hay que asumir la historia.– ¿Sigue siendo Canarias una sociedad gobernada por el caciquismo?
– Pues sí. Aunque ahora hay caciquismos nuevos, como el de la construcción, o el político. Yo creo que hay hábitos importados de América, pero en Canarias siempre tuvo mucha importancia, mucha base social, todo lo que tenía que ver con los tráficos ilícitos, el contrabando… Sin duda, esa cultura del contrabando se traduce en un mayor porcentaje de ilegitimidad en los comportamientos públicos. Todas las democracias tienen un porcentaje de ilegitimad, de tráficos de influencia, de corrupción. La sensación que tengo es que en Canarias es más alta, quizá vinculado al turismo, la especulación…
domingo, 7 de febrero de 2010
DON ELÍAS YANES EN EL III MEMORIAL CAMILO SÁNCHEZ-REMIGIO VÉLEZ
El arzobispo Elías Yanes participó ayer en la III Jornada-Memorial Camilo Sánchez-Remigio Vélez en la Casa de Cultura y Solidaridad de Las Palmas. El ex presidente de la Conferencia Episcopal española nos recuerda la importancia de la militancia cristiana: "Tanto Camilo Sánchez, en su función de alcalde de Santa Lucía, como Remigio Vélez, en la de defensor de los derechos portuarios, supieron encarnar su fe en la lucha solidaria desde Canarias. Conocí en Tenerife el origen del primer grupo clandestino de la Hermandad Obrera Católica y a quien conocí bien fue a Tomás Malagón, que fue uno de los que más influyeron en el Movimiento Obrero Cristiano. Con él puse en marcha la HOAC en Tenerife y Las Palmas"
miércoles, 3 de febrero de 2010
La suspensión de pagos de Fundescan
Mucha cola (y de la que pega) trae la suspensión de pagos de Fundescan, la división formativa que el sindicato UGT tuvo que articular para impartir los cursos del Icfem.
Corrían los primeros años de los noventa cuando la Federación de Transportes (¿se acuerdan del Pototo?) presentó un agujero de los que hacen historia y que a punto estuvo de costarle la debacle financiera a la territorial que dirigía Miguel Ángel Hernández.
Aquel escándalo se tapó por el bien de la central ugetista y porque había tanto dinero en juego (los cursos del Icfem daban para muchas alegrías) que colocar al sindicato en la lista de morosos equivalía a su defenestración social.
Fundescan era un gigante. Manejaba entre 4 y 5 millones de presupuesto público al año y daba empleo a 180 personas. La crisis y el uso político que el PSOE le dio a UGT para atizar al Gobierno de Paulino Rivero, tensó las relaciones poco a poco.
El hoy director general del Icfem, Alberto Génova, empezó a hilar fino y sometió a Fundescan a procesos más rígidos acordes a los nuevos tiempos. Comenzó el nerviosismo y Alicia Rodríguez notó que acababa de nacer una opa hostil en las entrañas del sindicato. Sus cuatro años de entrega absoluta caían en saco roto. Evaluó los apoyos y comprobó que nada iba a ser igual. No presentó batalla y Juan Fonte se hizo con la central. Una de sus primeras decisiones fue rescatar del ostracismo a Carlos Ucha y colocarlo (tachín, tachín) al frente de Fundescan.
Contrario a la doctrina sindical (los trapos se lavan en casa), Fonte encargó una auditoría que, en el avance preliminar, desveló que el pasivo de Fundescan llegaba, como una oca a punto de sacrificar, a lo 8,5 millones de euros. ¿Cómo creció tanto? Lo sabremos en breve, pero lo cierto es que la suspensión de pagos de la fundación coloca al sindicato en una coyuntura muy delicada, tanta que este proceso va camino de un juzgado pero no de lo mercantil.
Además, como efecto colateral UGT se ha enfundado ahora la chaqueta más liberal de cuantas hay en el mercado para forzar a los 180 empleados de Fundescan a abandonar su lucha, a que nieguen de sus derechos y, en definitiva, a que renuncien a todo. Menuda cara. ¿Qué diferencia hay entre los despidos de Seat y los de Fundescan? ¿Y el comité de empresa a quien defiende? Una vez más, ¿pueden los sindicatos ser empresarios? Ustedes tienen la respuesta.
Corrían los primeros años de los noventa cuando la Federación de Transportes (¿se acuerdan del Pototo?) presentó un agujero de los que hacen historia y que a punto estuvo de costarle la debacle financiera a la territorial que dirigía Miguel Ángel Hernández.
Aquel escándalo se tapó por el bien de la central ugetista y porque había tanto dinero en juego (los cursos del Icfem daban para muchas alegrías) que colocar al sindicato en la lista de morosos equivalía a su defenestración social.
Fundescan era un gigante. Manejaba entre 4 y 5 millones de presupuesto público al año y daba empleo a 180 personas. La crisis y el uso político que el PSOE le dio a UGT para atizar al Gobierno de Paulino Rivero, tensó las relaciones poco a poco.
El hoy director general del Icfem, Alberto Génova, empezó a hilar fino y sometió a Fundescan a procesos más rígidos acordes a los nuevos tiempos. Comenzó el nerviosismo y Alicia Rodríguez notó que acababa de nacer una opa hostil en las entrañas del sindicato. Sus cuatro años de entrega absoluta caían en saco roto. Evaluó los apoyos y comprobó que nada iba a ser igual. No presentó batalla y Juan Fonte se hizo con la central. Una de sus primeras decisiones fue rescatar del ostracismo a Carlos Ucha y colocarlo (tachín, tachín) al frente de Fundescan.
Contrario a la doctrina sindical (los trapos se lavan en casa), Fonte encargó una auditoría que, en el avance preliminar, desveló que el pasivo de Fundescan llegaba, como una oca a punto de sacrificar, a lo 8,5 millones de euros. ¿Cómo creció tanto? Lo sabremos en breve, pero lo cierto es que la suspensión de pagos de la fundación coloca al sindicato en una coyuntura muy delicada, tanta que este proceso va camino de un juzgado pero no de lo mercantil.
Además, como efecto colateral UGT se ha enfundado ahora la chaqueta más liberal de cuantas hay en el mercado para forzar a los 180 empleados de Fundescan a abandonar su lucha, a que nieguen de sus derechos y, en definitiva, a que renuncien a todo. Menuda cara. ¿Qué diferencia hay entre los despidos de Seat y los de Fundescan? ¿Y el comité de empresa a quien defiende? Una vez más, ¿pueden los sindicatos ser empresarios? Ustedes tienen la respuesta.